El común de la gente cree que la violencia contra la mujer se presenta solamente cuando hay golpes físicos, pero existen formas casi invisibles que afectan a las mujeres.
Hay violencia psicológica, económica, familiar, laboral y social también. Estas formas de violencia contra la mujer a veces la humanidad las vive casi normalizadas, por eso Los semilleros de Comunicación presentan esta serie con nueve piezas sonoras que llaman la atención a los escuchas para que cambiemos de actitud frente a estas malas prácticas contra la mujer.
Situación de partida
Debido a la crisis en Venezuela, más de 5 millones de personas abandonaron el país entre 2017 y 2020. Cerca de 4 millones permanecen en América del Sur, siendo Colombia, el Perú y el Ecuador los principales países de acogida. Las entidades públicas y las organizaciones humanitarias ya no están en capacidad de satisfacer las necesidades básicas de estas personas. La pandemia de COVID-19 ha agravado significativamente la situación económica y social.
En Colombia, según cifras oficiales, hay alrededor de 1,72 millones de migrantes y refugiados/as procedentes de Venezuela. En las comunidades de acogida ya viven muchas familias en situación de vulnerabilidad y víctimas del conflicto armado histórico y actual. No obstante, miles de venezolanos/as cruzan diariamente la frontera a pie y buscan acceso a servicios de salud, alimentos, trabajos ocasionales y formación escolar. Esto supone una carga para la oferta de servicios básicos, ya de por sí limitados.
En el Ecuador hay más de 70 000 personas refugiadas reconocidas, más de 240 000 colombianos/as con necesidad de protección internacional, y cerca de 420 000 migrantes y refugiados/as procedentes de Venezuela. Por encontrarse con frecuencia en situación irregular de calidad migratoria, a menudo se les deniegan servicios públicos básicos, en particular asistencia sanitaria, formación escolar y acceso al mercado laboral, y fácilmente se convierten en víctimas de explotación y violencia. Al mismo tiempo, estas personas apenas tienen posibilidades de reclamar sus derechos de manera eficaz.
En el Perú hay oficialmente alrededor de 1,04 millones migrantes y refugiados/as procedentes de Venezuela. Más de 496 095 de ellos/as han presentado una solicitud de refugio, de las que solo se concedieron 1 282. Las personas con calidad migratoria irregular pueden caer en la “invisibilidad”, es decir no acceden a trabajos formales, ni a servicios básicos como educación y salud. Están obligadas a establecerse en barrios con condiciones precarias, en los que la mayoría de sus habitantes son vulnerables.
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