19 países de nuestra región no cuentan con políticas públicas de prevención y eliminación de la violencia de género en las escuelas. ¿Nos estamos deshumanizando?
Nelsy Lizarazo de Pressenza es una nueva agencia especializada en noticias sobre la paz y la no violencia.
Desde el primer día de marzo y hasta mañana, 15 de marzo, la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación –CLADE, en alianza con ALER, Pressenza y REPEM lleva adelante la campaña Educación con Diversidad e Igualdad, con el lema “nos movilizamos por el fin de la violencia de género en los centros y entornos educativos”.
Y es que, de acuerdo con el informe de UNESCO sobre la discriminación y la violencia por identidad de género y orientación sexual en la educación, pocos países en el mundo han desarrollado políticas para prevenir y combatir este tipo de violencia en las escuelas.
Una violencia que puede manifestarse por acoso y de manera física, sexual o psicológica, ocurriendo tanto en las clases, como en los patios, los baños, en el entorno escolar y a través de Internet. De acuerdo con los datos del informe, la violencia de verbal, la palabra que agrede, que degrada, que insulta y discrimina, es la forma más habitual de violencia que ejercen estudiantes y docentes en las escuelas públicas y privadas, particularmente en contra de los niños, niñas y adolescentes LGBTI.
De acuerdo con Marcela Ballara, 19 países de nuestra región no cuentan con políticas públicas de prevención y eliminación de este tipo de violencia. Alma Collin, por su parte, ha denunciado los currículos ocultos, aquellos que a través de actitudes de docentes y estudiantes, profundizan la discriminación, mientras Patricia Jaramillo nos ha dicho que la escuela sigue siendo conservadora, aunque la tecnología haya entrado en ella y Karen Atala considera que es indispensable hablar claramente sobre las cuestiones de identidad de género con los niños, niñas y adolescentes.
El desafío es complejo: otras formas de disciplina, otro currículo, la revisión de los discursos y contenidos de los textos pero sobre todo, como lo afirma Camilla Crosso, la modificación en las cabezas de todos nosotros, donde la violencia está arraigada, naturalizada. Nos estamos deshumanizando, advierte Camilla. Es urgente rechazar todo tipo de violencia, porque toda violencia es absolutamente rechazable.
Por una educación con diversidad e igualdad, nos movilizamos.
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