Amigas y amigos de ALER:
Adentrándonos en el camino de la cordillera oriental con el equipo de Radio Seybo para acompañar a los campesinos y campesinas cuya dignidad fue violada nos recibe una gran pancarta que dice “Tierra de Dios”. Así se conoce el paraje de La Culebra en la provincia de El Seybo donde hace una semana llegaron varios hombres vestidos de militares que, a cambio de 50 dólares, destruyeron todo lo que encontraron a su paso. El abogado del Estado dictó una orden de desalojo a petición del terrateniente Juan Varona que dice ser el dueño de todos los terrenos que cultivan los campesinos y campesinas de esta “Tierra de Dios”.
A partir de las 5 de la mañana los “tigres” armados por el terrateniente comenzaron a destruir todos los cultivos de yuca, guandules y plátanos. Cuando se encontraron con el colmado de la Señora Leonidas no dudaron en tumbarlo y robar todos los alimentos encañonando a su nieta embarazada a punto de dar a luz. Destruyeron más casas, muy humildes, pero casas con techo y suelo de tierra que permitía a sus moradores descansar del trabajo del día. ¡Qué coincidencia!: las tres T que proclama el Papa Francisco les fueron robadas en unos segundos.
Pero ya cuando el sol iluminó la tiniebla de la noche se escuchó el sonido del jututo que alertó a todos los campesinos y campesinas de lo que estaba ocurriendo. Acudieron con sus machetes e hicieron frente a los violadores de dignidad y ladrones de esperanza. Se les despojó de su falso uniforme militar y se les dejó huir mientras se prendía fuego al gran buldocer cuya misión era la de arrasar con todo lo que no abarcaran las manos de los cobardes a sueldo.
Sin haberse repuesto de los brutales desalojos a 80 familias por la Compañía Azucarera Central Romana la tierra sigue sangrando y clamando justicia. En estos días nos dice el Abogado del Estado que no dictó orden de desalojo a los guardia campestres del Central Romana. Además, ya hemos confirmado que la tierra donde habitaban estas familias es de uso público para todas las personas. Al día de hoy Naciones Unidas tiene este caso como prioritario y esperamos que las familias sean resarcidas de los daños físicos y psicológicos.
María Marciano, dominica brasileña que acompaña a las Comunidades más empobrecidas de Vallejuelo en República Dominicana y Los Cacaos en Haití nos decía en un encuentro de la Asociación Acción Verapaz: “tenemos riqueza y somos pobres”. A estas sabias palabras añado: podemos salir del empobrecimiento si nos unimos al igual que los campesinos de la “Tierra de Dios” que pusieron bien en alto la bandera de su dignidad para que nada ni nadie se atreva a pisotearla.
La asociación de campesinos coordinados por su líder Domingo, varias veces amenazado de muerte, es un ejemplo a seguir en la lucha por los derechos que nos pertenecen y que no podemos seguir mendigando de rodillas.
Desde Radio Seybo - UDECA, saludos cordiales de Miguel Ángel Gullón a todos los amigos y amigas de ALER.