El proceso de paz con ambas guerrillas en Colombia pasa por una crisis. Por un lado, el proceso de implementación del acuerdo de La Habana con las FARC ha tenido varios reveses en el Congreso, tanto con la Jurisdicción Especial para la Paz, como con las curules que serían entregadas para la elección popular de las víctimas de las regiones más afectadas por el conflicto armado.
Con el alto nivel de polarización política que vive el país, provocado en buena medida por las negociaciones con ambas guerrillas (Ejercito de Liberación Nacional y FARC), el panorama para el ejercicio político del nuevo partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común se ha complicado. En una visita realizada hace unos días por el ahora candidato presidencial Rodrigo Londoño, antes jefe de las FARC, al departamento del Quindío, fue recibido con abucheos, huevos, harina y toda clase de insultos, en reclamo por las acciones de las FARC y el hecho de estar haciendo política sin comparecer ante la Jurisdicción Especial Para la Paz. En ese sentido, el ambiente en el país es poco favorable frente a su futuro como partido y las plenas garantías para su participación en política. Hechos que llevaron al emergente partido a tomar la decisión de parar la campaña hasta que cuenten con mayores garantías.
En los últimos días, sectores políticos e intelectuales del país, se han pronunciado a favor de una campaña electoral sin violencia, dado que el próximo 11 de marzo se elegirán los nuevos Senadores de la República y el 27 de mayo se celebrará la primera vuelta de las presidenciales. Esto debido a que, tanto los sectores de la izquierda, como expresiones de la derecha, especialmente el partido Centro Democrático en cabeza del senador Álvaro Uribe, también han sido blanco de expresiones de odio en distintos espacios.
Escuchemos a Luis Daniel Botero, corresponsal de Pressenza en Colombia: