El Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (CLADEM) en el marco de la campaña “Embarazo infantil es tortura” contó con diálogos que permiten profundizar las reflexiones sobre esta situación urgente que se vive en el continente. En esta oportunidad compartimos la entrevista con Crissia Pérez, integrante de CLADEM en el Salvador.
- Estamos analizando el embarazo infantil en América latina y el Caribe ¿Cuál es tu análisis como integrante del CLADEM de El Salvador y en Centroamérica? ¿Qué nos puedes comentar?
Desde el Salvador vemos que no somos el único país que está con este problema, sino que identificamos que toda Latinoamérica tiene esta práctica que constituye una clara violación a los derechos humanos de las niñas y las adolescentes de la región, luego identificamos que a nivel Centroamérica el problema se agrava, por los mismos contextos que presentan los países centroamericanos.
En cuanto a El Salvador esta problemática tienes algunos matices como, por ejemplo: es más frecuente en las niñas y adolescentes del área rural que del área urbana, pero eso no significa que las niñas y adolescentes del área urbana estés exentas de este problema. En El Salvador a cada rato se ven noticias en las que se da a conocer que se ha judicializado un caso de un hombre, familiar generalmente, que ha cometido violación en perjuicio de una niña o de una adolescente, algunos de ellos que concluyen en embarazos.
Sin embargo, si advertimos que aún falta mucho por hacer para atender esta problemática desde la prevención y desde el respeto a los derechos humanos que como niñas y adolescentes tienen.
- En el caso de embarazo infantil y del embarazo de las adolescentes hay una diferencia de las causas y CLADEM lo ha señalado desde su estudio, el tema de embarazo infantil está asociado al abuso y a la violación sexual directamente, sin embargo, los Estados invisibilizan esta situación de las niñas abusadas sexualmente, escoden los datos, no se hace la denuncia pertinente o no se documenta ¿Cómo es en el El Salvador y en Centroamérica, a tu juicio?
En El Salvador hay una cifra oculta de embarazo infantil forzado en niñas, esta cifra refiere a los casos de abuso sexual que se ha dado en los contextos familiares, sobre todo en las áreas urbanas y que nunca se saben o conocen, nunca reciben atención médica, no reciben ninguno de los servicios de salud sexual, nunca reciben incluso los apoyos por parte de las entes gubernamentales que pueden brindar alguna orientación o algún insumo sobre cómo superar las traumas o cómo enfrentar gran este reto que es impuesto para las niñas como es la maternidad.
Luego tampoco se advierte que exista como apoyo socio-familiar en el grupo que al final resultan afectados por estas situaciones que impacta directamente en la niña, pero, que también de manera indirecta en todo el grupo familiar.
En El Salvador las familias son generalmente monoparentales, principalmente ejerce el cuidado y protección la madre que también son madres prominentemente adolescentes, no hay estrategias y políticas que estén dando una respuesta a la niña en particular y al grupo familiar para enfrentar el problema de los derechos humanos.
- En El Salvador las cifras son preocupantes en las zonas rurales ¿Qué relación hay entre las situaciones de vulnerabilidad de las niñas con condiciones de pobreza, de exclusión, de condición étnica desde el punto de vista de la política pública, desde la atención del Estado?
Definitivamente que a nivel social y demográfico se advierte que en El Salvador en la zona rural hay mayor índice de pobreza, mayor índice de desempleo, de analfabetismo y de acceso a servicios básicos para las familias. Esto significa que las niñas y las adolescentes están más alejadas de la posibilidad de recibir una educación formal o de romper algunos estereotipos impuestos por la sociedad patriarcal salvadoreña, que tiene bien marcado algunos roles para las niñas, como por ejemplo, que las niñas más grandes van a asumir el cuidado y la protección del grupo o que las niñas también asumen al apoyo y las actividades de colaboración y reproductivas para que en sus familiares, sus hombres se desempeñen en sus trabajos que prominentemente son la agricultura, la ganadería y otras actividades de apoyo que están por bajo del salario mínimo para estos hombres que son empleados, pera las niñas significa que no pueden acceder a una educación formal y no pueden acceder a otros derechos como pueden ser la recreación, la salud, etc.
- ¿Cómo se podría eliminar la naturalización de algunos casos o de algunas culturas que dicen “que el abuso es cultural” y están como aceptados normalmente, el tabú, la estigmatización entorno al embarazo infantil? ¿Cómo quitamos este tabú para poderlo hablar sin ninguna restricción a la hora de definir políticas públicas?
Es un tabú, una naturalización de las violencias en las niñas es muy cierto y se advierte mucho en el país, en ese sentido que las madres o los familiares o los allegados al grupo prefieren no decir nada por qué, porque como el hombre es proveedor de los alimentos, de los necesario para el hogar lo ven como una amenaza el poder denunciar o el poder perseguir estos casos., al final nadie hace nada, nadie dice nada y solo se asume la maternidad en la niña. Yo creo que se vienen haciendo como algunos esfuerzos para eliminar estos tabús, estos estereotipos, pero, no son suficientes para dar una respuesta afectiva a esta problemática y en la dimensión que se está presentado en el país, yo creo que habría que implementar toda una estrategia de prevención y de atención del embarazo infantil forzado.
Eso pasa porque, en primer lugar, se considera el embarazo infantil forzado como una violación a los derechos humanos que está presentes en la sociedad salvadoreña, en toda la región de Centroamérica y Latinoamericana, al priorizar el tema del embarazo infantil forzado como una violación, como una tortura para las niñas va a permitir que haya mayor incidencia en todos los niveles: desde las medidas de prevención, de atención hasta en las políticas públicas para que se logre incorporar en todos los actores del sistema para prevenir y atender el embarazo. Eso significa que las escuelas tendrían que adaptar sus currículos para orientar y prevenir sobre el tema de educación integral de la sexualidad sobre la protección a los derechos de la niñez.
También que el sistema de salud tenga el personal capacitado para dar una respuesta oportuna, inmediata a las niñas que lo requieran, para dar inclusive una orientación, luego que la comunidad también se asocie, se agrupe y que estén enfocadas en dar una respuesta a este tipo de violaciones a Derechos Humanos, es decir, en diferentes niveles deberá haber como una reacción ante este problema y comenzando por que es una violación a los derechos humanos, sancionar al agresor y conculcar en los hambres el respeto a los derechos de los niños, porque a veces se habla mucho, se divulga micho el tema de los derechos de las niñas, se les empodera, pero, si no se está trabajando con los agresores, esto difícilmente se va a parar. Tiene que ser un abordaje integral en todos los niveles y por parte de los distintos actores.
- Se ratifica una violencia institucional de parte del Estado cuando una niña es abusada, en primer lugar, porque no se protegió oportunamente, en un segundo momento porque a la hora de la denuncia y también al negarle el aborto en los casos de embarazo. Hay una triple violencia institucionalizada ¿de qué modo se puede prevenir la posible revictimización que el Estado da tanto en su ausencia como en su incumplimiento en estos casos?
En primer lugar que el tema de la prohibición absoluta del aborto es un gran obstáculo para el ejercicio de los derechos de las mujeres y sobre todo de las niñas y las adolescentes, en torno a este sentido, este es una deuda pendiente del estado salvadoreño, para analizar por lo menos los diferentes contextos en los que se da el embarazo de todos los casos de la violación y que permita una alternativa para estas niñas y adolescentes, pero como ya se sabe que en El Salvador existe una prohibición absoluta y bajo ningún motivo causal o circunstancial se puede dar el aborto ni permitir la interrupción del embarazo. Hay casos emblemáticos de interrupción en El Salvador y ni aun así se ha podido. Al final la mujer ha muerto y no ha habido respuesta del estado, no siquiera han asumido la responsabilidad por esta negligencia.
Los grupos feministas vienen trabajando para que esto avance, ahí tenemos un gran obstáculo que es el inacceso al aborto seguro gratuito. Pero luego, si se advierte que existen como estas barreras o bloqueos en los diferentes niveles. Primero que la educación integral de sexualidad que no obstante ha sido un compromiso del estado salvadoreño a partir de la convención de que se relacionan con prevenir con educación, pero no se ha dado seguimiento a esta convención, muy poco se habla en las escuelas del embarazo, de las infecciones de transmisión sexual, etc., muy poco se habla en las instituciones de salud. Por ejemplo: si una adolescente llaga a pedir anticonceptivos se los niega, lo cuestionan, etc., y luego con cuando llega con el embarazo existen como estos cuestionamientos, en lugar de apoyar, investigar y realizar las diligencias.
Si bien en esta materia hay avances como por ejemplo que se han habilitado juntas de protección que velan por los derechos de la niñez y la adolescencia y que los médicos dan aviso al identificar a una adolescente o a una niña embarazada para que se investigue y se documente qué es lo que ha pasado, pero se queda en un formalismo, es solo dar aviso.
Desconocemos que hay un tratamiento digno y humano para estas niñas y adolescentes, todo un seguimiento y una atención no re-victimizante. Debe haber un compromiso por parte del Estado y de las instituciones de servicios de salud para atender un manera digna y adecuada y luego activar todo el aparataje que permita cesar esta vulneración a los derechos y buscar alternativas para la protección de los derechos, pero realmente no se advierte que se están haciendo como prácticas respetuosas a los derechos, sino, que al contrario, revictimizan y no están a función del interés superior de las niñas y adolescentes.
En el sistema de educación, por ejemplo, no obstante que se giró un circular para que no se negara el acceso a las adolescentes embarazas a los centros educativos, pero si se ve el estigma y los prejuicios por parte de algunos equipos de los docentes y de toda la comunidad educativa, que señala, que reprime y juzga en lugar de favorecer condiciones que permitan la continuidad educativa de las niñas y las adolescentes. Debe haber un mayor compromiso, de una mayor articulación de estos casos en todos los niveles para dar respuestas a estas problemáticas y sobre todo a las consecuencias que se generan a partir del embarazo forzado, con todo esto vemos que de ninguna manera hay una salida, unas alternativa para las niñas que han sido víctimas de la violación, sino que el Estado prácticamente les impone asumir una maternidad, sin las condiciones adecuadas para que puedan continuar con su proyecto de vida y sin las condiciones adecuadas para que se puedan desarrollar como niñas que son o como adolescentes; tampoco hay apoyo al grupo familiar, sino que se asume como un problema que se dio y que bueno, toca seguir adelante, etc., la familia no tiene herramientas para superar las traumas y las afectaciones y las consecuencias, al final la misma sociedad le señala y saben que ha sido víctima de un abuso, pero tiene que continuar la vida. Es un gran peso moral para las niñas victimas del abusos de los derechos y sobre todo cuando son víctimas de abuso en su contexto familiar, muy pocos casos se denuncian, algunos son investigados, pocos terminan con alguna sanción para los infractores y cuando terminan la sanción el agresor regresa al mismo entorno familiar.
Es un círculo vicioso del cual las niñas no pueden salir, no tienen alternativas para superar estas violaciones, sino tienen que continuar y cagar con todo el peso moral, con todo el peso del grupo familiar porque luego tienen que asumir otras actividades para poder cuidar adecuadamente o darle lo necesario o lo que esté en sus posibilidades a la nueva persona que han engendrado.
- Ha señalado las implicaciones personales y familiares de la interrupción de los proyectos de vida o de las vidas robadas de las niñas que son abusadas u obligadas a ser madres, pero ¿Qué implicaciones sociales tendría esta interrupción de los proyectos de vida?
Se podrían decir como distintas implicaciones, al final la consecuencia es el daño y la afectación irreparable al proyecto de vida, porque ya no hay vida de las niñas, ya no hay vida de las adolescentes, sino que les toca ejercer como madre, como responsable, como mujer hecha y derecha, así es como se usa aquí en El Salvador.
Cuando se le intenta obligar a la persona que suma una posición o una conducta a pesar de las adversidades, a pesar de que esta situación ha sido impuesta, pueden haber distintas implicaciones sociales; primero, el señalamiento de la comunidad, de lo local, del cantón y del pueblo, porque todo el mundo sabe o todo el mundo como que de alguna manera advierte que hubo abuso, violencia, pero que al final nadie se ha atrevido a denunciar o a señalar; luego que hay algunas exigencias para asumir la maternidad y de la manera que sido impuesta para la sociedad, una madre buena, abnegada, sacrificada, que deje todo de lado para atender al niño o a la niña.
Desde la lactancia hasta tener que trabajar para sobrellevar las necesidades básicas, aquí en El Salvador está prohibido el trabajo infantil y hay trabajo que se puede considerar también como peligroso, pero estas niñas se ven obligadas a trabajar, a ejercer trabajos de riesgo, peligrosos y fuera del marco legal para asegurar la subsistencia de su grupo familiar, y también que al padre, al tío, al primo ha sido denunciado, preso y que era el mismo proveedor, ya se quedan sin ese ingreso económico y de alguna manera la misma familia señala para que la niña esté obligada a atender esas necesidades. Le reclaman, bueno por tu culpa se fue preso, por tu culpa esto, por tu culpa ya no tenemos a tu papá, a tu tío que nos ayuda, entonces ahora te toca trabajar a ti, y luego, que también toda la afectación moral para la niña, personal, en sus sentimientos y emociones ven como una manera de sobrellevar o responder a esta situación, el sumir todas las actividades del hogar tal cual fuera las empleadas domésticas: limpieza, cocina, ya se ven obligadas a cumplir todo el rol reproductivo del hogar y luego para evitar se señalada, tiene que asumir todas las necesidades de cuidado y protección, además del cuidado de sus hermanitos porque eso es otra situación que las niñas y las adolescentes vienen practicando la maternidad con sus hermanos menores.
En El Salvador se da un patrón, que la niña mayor asuma el cuidado del resto, aprende a cargar, a alimentarlo a consolarlo, a dormirlos, a que estén listos para ir a dormir, etc., Siempre ha sido como una gran carga o peso para las niñas mayores a asumir el cuidado del resto de sus hermanitos y ejercer otras actividades, hay implicaciones sociales en todos los niveles que afectan el proyecto de vida, en el plano educativo, por ejemplo abandonan las escuelas porque ya hay oportunidades para continuar los estudios, no hay condiciones en los centros educativos, no hay condiciones de las personas y del resto de los estudiantes no hay solidaridad, no hay apoyo, sino señalamiento, estigma y discriminación, así que ninguna niña se atreve a ir a la escuela, en el plano de salud, por ejemplo, siempre existen perjuicios al nivel del personal de salud que en lugar de atender o de dar una respuesta, justifica la violencia o ven como por qué te pasó esto, qué le hiciste vos o cómo andaba vestida o que ya estás muy crecidita , siempre hay algunos señalamientos que se hacen a las niñas y a las adolescentes y luego también se preparan para el parto, al personal de salud le obligan a atender el parto y a dar un seguimiento y a evaluar qué es lo que le conviene a la niña o a la adolescente.
Atendimos un caso de una adolescente que tenía 17 años con VIH que el ministerio de salud fue incapaz de preparar condiciones para que la adolescente tuviera a su hija sin mayor complicación, fue víctima de discriminación en todo el proceso y al momento del parto la señalaban que si ella no autorizaba una esterilización que no la iban a atender el parto. Este caso no es el único, hay otras niñas y adolescentes que también han expresado haber sido víctimas de violación a sus derechos humanos, pero como no son documentadas o no se han mitigado sus casos ni se ha hecho una cultura de denuncia en casos de violencia, son como cifras ocultas que no se han venido trabajando, pero si a esta chica si se le llevó el caso, si se dio lugar al amparo por el tema de esterilización forzada, de la discriminación y de la razón del VIH y así hemos conocido otros casos de adolescentes, por ejemplo de una niña de 15 años que también fue víctima de violación y que al final tuvo que huir del país porque no había condiciones de seguridad, así hay casos que muy pocos se ha hablado y que no se documentan.
- ¿Cómo influye la visión de patriarcal, esta visión del dominio de los cuerpos sobre las mujeres y las niñas para que sucedan casos de embarazo infantil, de abuso y de violación sexual?
Está bien claro que al menos que en nuestra sociedad salvadoreña existe una cultura de dominio, de control hacia los cuerpos de las niñas, adolescentes y de las mujeres en general, hay sesgos y estereotipos que se hacen desde que nacen las niñas, en lugar de garantizar su protección. Las niñas van asumiendo las actividades reproductivas, a medida que las niñas crecen van entrando en una dinámica de la violencia machista que cada vez es más cruda y más fría hacia ellas, las niñas tienen que “irse acostumbrando” a esta dinámica, lo que es una de las expresiones de violencia, por ejemplo, los piropos o el acoso callejero. En la calle vemos que una niña no puede pasar tranquila, sino que siempre está sujeta al escrutinio público y el caso de los hombres que le lancen algunas frases indeseadas que constituyen acoso, ni siquiera pueden crecer tranquilas las niñas sino que ya van siendo expuestas a este tipo de situaciones y se ya se le va mostrando sus senos, sus nalgas es mayor todavía la presión o el acoso a tal grado que algunas niñas ocultan esas partes que son expresiones biológicas de sus sexualidad para no ser víctima de este tipo situaciones y que no está exenta ni su entorno familiar, ni la calle, ni la escuela, ni la casa.
Con las altas cifras de las violaciones en todo este tipo de entornos y luego que al nivel de la legislación también si bien hay todo un sistema de aparataje de protección de los derechos de las mujeres y de las niñas, pero no hay esa sensibilización que se necesita para el respeto de estas normas sino que es un tema cultural que está arraigado y que pasa por la necesidad de construir la visión que se tiene como familia, en El Salvador se tiene la visión de familia tradicional, con los roles del hombre proveedor y la mujer que ejerce los labores de actividades reproductivas de la casa y las niñas y los niños que se van sumando y a la meditada que van creciendo tienen que ir asumiendo actividades en el hogar y luego de la familia tradicional heterosexual y que respeta las normas políticas, sociales, religiosas y todos están impuestos, con la visión de familia en El Salvador que es difícil para las mujeres ejercer el control y dominio sobre su cuerpo y exigir que se respete. Hay que trabajar mucho de la mano con el Estado, la comunidad y las familias para poder dar como una respuesta, pero hay que deconstruir todos estos estereotipos y roles que son de violencia y de dominación hacia las niñas y los cuerpos de las mujeres.
- ¿Qué comentario o qué caso emblemático podrías comentarnos y que sea como relevante en esto del avance en la lucha por los derechos de las mujeres, específicamente en el embarazo infantil, tanto en el caso de El Salvado como en Centroamérica o del continente que den pequeños pasos en el marco de los derechos humanos?
No, al menos en El Salvador no se ha tenido una experiencia de ese tipo, a nivel de la región si, a partir de las noticias que comparten las compañeras del CLADEM, hemos identificado avances, pero que han sido a partir de los litigios y todo el trabajo de las compañeras delas organizaciones feministas que ha habido alguna incidencia en cuanto a la protección de los derechos e incluso se ha venido como cambiando alguna mentalidad en el sentido de las familias, de las madres y las niñas que están promoviendo que si se interrumpa el embarazo, pero no recuerdo una experiencia que ejemplifique ni en el ejercicio ni en la protección de los derechos que haya habido una respuesta positiva tanto del estado como de la familia que haya trastocado incluso la legislación.
- ¿Cómo hacemos para comprender que este tema no es lejano, no es tema ajeno, esto que decimos que siempre es otra persona y nunca yo misma la que puedo ser víctima o tener dentro de mi grupo familiar a una niña víctima, aunque tampoco deberíamos estar a la defensiva, pero podrías darnos algunos consejos prácticos para prevenir el abuso infantil?
Primero hay que conocer y reconocer nuestras historias de vida, como mujeres, los hombres también tienen que involucrarse en esto y revisar sus antecedentes. Al menos en el contexto de la familia salvadoreña, no hay familias en las que no se haya advertido en la generación, una situación o una historia de abuso de violencia hacia las niñas y las adolescentes, siempre se identifica alguna familia que hubo un embarazo temprano o hubo una obligación ara contraer matrimonio o para ejercer labores reproductivas. Es un primer punto; ver nuestras propias historias de vida, leer nuestras historias generacionales como hombres y como mujeres para advertir que esta problemática está presente en todas las familias y en todas las sociedades y luego ver cómo impactan o afectan a los proyectos de vida de las niñas, de las familias y de la sociedad.
Tiene que haber todo un tema de sensibilización, de problematizar y presentar en su justa medida cómo afecta el tema del embarazo forzado en las niñas y adolescentes, luego darse cuenta que efectivamente si es un embarazo en una niña significa que fue producto de una violación y se fue producto de una violación es un embarazo que la niña no deseó, no esperó y que no tiene manera o alternativa de enfrentarlo, entonces es forzado y si es embarazo infantil forzado es tortura.
Hay que posicionar este tema en su justa medida que es que el embarazo infantil forzado constituye una tortura y una grave violación a los derechos humanos de nuestras niñas y que tiene un impacto muy grande a nivel del desarrollo de las sociedades.
- En relación a este tema importante que nos tiene con mucha atención para la política pública de los Estados.
Agradecer y reconocer todo el trabajo de CLADEM para posicionar este tema de embarazo infantil forzado, sabemos que cada país responde a su manera, en el caso de El Salvador al menos por partes de algunos entes no gubernamentales y estatales ha habido alguna apertura o respuestas positivas para posicionar este tema y que es necesario documentarlo, trabajarlo para que se dimensione y se establezcan áreas de trabajo o series de políticas públicas que permita abordar esta problemática y reconocer que ha sido el CLADEM que lo ha posicionado como en el caso de El Salvador conjuntamente con las universidades y con algunos organismos no gubernamentales. Creo que hay que continuar trabajando para posicionar estos temas y para conversar y verificar qué tanto está impactando, qué tanto se están dando estas situaciones de violación a los derechos de las niñas para luego plantear algunas alternativas y soluciones. Así que muchas gracias y siempre es un gusto compartir con ustedes esta experiencia de El Salvador.
Le invitamos a escuchar la entrevista completa en el siguiente enlace:
Entrevista: ALER
Transcripción y nota: Moisés Pallo