El Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (CLADEM) en el marco de la campaña “Embarazo infantil es tortura” contó con diálogos que permiten profundizar las reflexiones sobre esta situación urgente que se vive en el continente.
En esta oportunidad compartimos la entrevista con Dra. María Gloria Montórfano, desde Paraguay, especialista en medicina familiar y docente y con experiencia en salud pública. A continuación, la transcripción de sus reflexiones:
- ¿Por qué se considera el embarazo infantil como un asunto de salud pública, incluso hay autoras que lo refieren como una epidemia?
Realmente yo empecé a trabajar desde el ámbito de la niñez desde el puesto que actualmente ocupo dentro de una organización internacional, donde realmente se ve que los subregistros de los embarazos a nivel de salud pública existen una franja que es muy invisible, que es la franja de edad de 9 a 12 años aproximadamente, porque, la mayoría de las estadísticas comienzan a los 15 a 29 años. Generalmente el rango de mortalidad materna que se maneja es cuando las estadísticas alimentan este grupo de edad, pero también existe esta otra franja de 9 a 15 años que en realidad es donde caen como si fueran maternidades, pero, no se explicitaban hasta hace muy poco, las características específicas de estas maternidades. Allí es cuando se hace el análisis de la situación, cuando se tiene un poco de conocimiento acerca de lo que significa a nivel evolutivo, cada una de las etapas de la vida de las niñas, es más que evidente que tiene que ver con los abusos sexuales, tienen que ver con violación de un montón de derechos, sobre todo el derecho a una infancia saludable, incluso muchas veces atenta el derecho a la vida, porque muchas de estas niñas y adolescentes que se embarazan como fruto de abuso sexual y violación, luego tienen una mortalidad muy alta, pasa como una forma automática a alimentar estas tasas de muertes en general.
Cuando uno realmente comienza a analizar los pormenores se da cuenta que es una práctica naturalizada, el abuso sexual. Es un secreto a voces y la consecuencia más dramática del abuso sexual es el embarazo a las niñas, por eso, muchas escuelas y muchas teóricas sobre todo desde el feminismo comienzan a problematizar esta situación y encuentran que esto tiene que ver con otras situaciones que las niñas y las mujeres pasan, sobre todo en Latinoamérica, África y Asia, con respecto al solo hecho de ser mujeres.
Entonces, el embarazo infantil es un problema tan grande, porque recién ahora se están comenzando a cerciorar sobre los datos, al ver que es un drama para toda Latinoamérica y para todo el mundo en general.
- ¿Cuáles con las implicaciones biológicas en caso de embarazo para las niñas?
Tenemos un grave problema que realmente no se está subsanando porque tiene que ver con tema de los modelos de salud, para algunas personas hay solamente un daño físico, para otras corrientes hay un daño mental mucho más fuerte, sin embargo, la niña es un conjunto de todas sus particularidades y sus ciclos funcionales: tanto de su salud mental como salud física, emocional, como su desarrollo dentro de las comunidades, entonces no se puede dividir realmente cuales son las implicancias en lo biológico, en lo psicológico y en lo emocional de una forma matemática.
Si se debe hacer una medición de todo el impacto que significa a nivel global sobre esa niña, un hecho como un embarazo donde ni físicamente, ni emocionalmente, ni psicológicamente, una niña de edad de 9 hasta 14 años está preparada para asumir. Además de ser una doble victimización porque la niña es víctima de abuso sistemático en la mayoría de los casos porque son abusos en los núcleos familiares y además es una situación mucho más delicada. También está el Estado que obliga a llevar el embarazo por más que aparentemente algunas niñas, sobre todo las que tienen alrededor de los 14 años tengan características físicas externas como de mujeres desarrolladas, no están desarrolladas a nivel fisiológico, muchas de sus funciones corporales no están en la capacidad de asumir un estrés tan grande como es el embarazo para una mujer, de hecho, es un estrés grande ya de por sí
Existen posibilidades de amortizar ese estrés físico gracias a que existe ya un desarrollo en las mujeres, pero en las niñas este desarrollo no existe, a lo cual se suma todo lo que implica la mentalidad de una niña, su incipiente, contacto y relacionamiento con el mundo, con su mundo cercano, en realidad cuando hablamos de un embarazo en la infancia, estamos hablando del desmoronamiento de todo el Yo de esa niña, no solamente fraccionando a la misma en partes, sino que ella en su conjunto, en todo lo que implica: lo físico, lo mental, lo biológico, lo genético, etc., todas las condicionantes que hacen que esa niña tenga mayor vulnerabilidad.
- Sabemos que los protocolos se establecen de acuerdo a cada contexto en cada país, ¿Hay algunos protocolos internacionales o protocolos comunes de atención médica para las niñas que han sido violentadas sexualmente y quedan embarazadas?
El gran desafío realmente, sobre todo en nuestros países latinoamericanos es el tema del diagnóstico oportuno, como se dan en contextos familiares, de extrema confianza y como la niña no es aun consciente de los cambios que se dan su cuerpo a consecuencia de una situación de abuso sexual o de éstas relaciones sexuales en forma permanente, obviamente por coacción o por cualquiera de estas situaciones en las que ella está expuesta, entonces no pueden decir me pasa algo, me voy a un servicio de salud para poder ver que me pasa, ni las madres, ni las cuidadoras, ni las personas cercanas entienden, porque tampoco dentro de su imaginario está que una niña entre 9 y 14 años esté embarazada.
Sin embargo, se ve que la mayoría de los embarazos de las niñas se diagnostican muy tarde, se nota que a partir de las 2 u 21 semanas cuando ya todos otros diagnósticos diferenciales les han pasado. Es muy difícil gestionar un protocolo de atención directa para el caso de las víctimas, a no ser que la violencia sexual haya sido ocasional, por ejemplo, que una niña haya caminado por la calle y haya sido víctima de un asalto sexual, allí en teoría se deberían practicar todos los protocolos que tienen que ver con la prevención del VIH, con la prevención del embarazo a cualquier persona que hay sido víctima de un ataque sexual.
Se ve que la mayoría de los casos de embarazo en niñas es fruto de una relación oculta, incestuosa en la mayoría de los casos o de un entorno muy cercano de confianza, por lo cual ni la niña, ni su entorno acuden a los servicios de salud a tiempo como para poder diagnosticar las primeras etapas del embarazo.
- ¿Qué cambios consideras relevante en relación a esto del embarazo infantil que viene por un abuso sexual con la cultura, con el ámbito socio-cultural?
Las acciones más importantes que se tienen que tomar con respecto a la problemática, incluso la epidemia al comienzo del embarazo infantil y del abuso sexual en sí, tiene que, con mecanismos comunitarios de protección a la violencia sexual, mecanismos que tienen que ser de cambios de paradigmas en las culturas sobre todo del cuidado y una crianza que sea libre de la violencia.
Una condena muy firme, social, comunitaria con respecto a los casos de abuso y la sospecha de abuso, de no desestimarlas, escuchar siempre las voces de las niñas, porque las niñas en los casos de abuso sexual nunca mienten, porque es un extremo muy fuerte para sus vidas, el hecho de que ellas exterioricen una situación en la que la mayoría de las veces están en condiciones de extorsión emocional o de amenazas.
Tener muy en cuenta las señales de alarma y sobre todo cambiar las relaciones de poder que existen, por eso es que el feminismo es tan importante por el análisis con respecto a la posición que las niñas ocupan a nivel de las comunidades y de la sociedad, o sea por qué ellas son tan vulnerables al abuso sexual, porque toda la cosificación alrededor de la mujer se hace más evidente en las niñas invisibles, pero a la vez mucho más violento, por un lado tener todos esos mecanismos es un cambio, una transformación basada en el género, de las relaciones humanas, es un trabajo muy fino que hay que hacer con respecto a las pautas de crianza y por otro lado están los servicios de salud que deben hacer una búsqueda más activa, sobre todo considerando los altos índices del embarazo en niñas frutos del abuso sexual, los servicios de salud tienen que salir a la comunidad y hacer una búsqueda de la promoción de la salud, de los estilos de vida no violentos
Hay como dos niveles, uno el comunitario en sí, que tiene que ver con garantizar a las niñas el derecho de crecer en ambientes no violentos y por otro lado el del Estado a través de sus servicios de salud y una educación integral de la sexualidad que pueda detectar los casos en forma oportuna y activa.
- ¿A nivel médico cómo se puede prevenir la revictimización y la violencia institucional de los Estados?
Primero que nada, revisar todos los protocolos de atención, no solamente en el caso de las niñas sino en el caso de las mujeres en general, porque el hecho de que las mujeres son revictimizadas por el sistema judicial, por el sistema supuestamente de garantías y por el sistema de salud, las niñas son más violentadas, en este caso es necesario hacer hincapié en los servicios amigables destinados a los adolescentes y jóvenes que también tengan una mirada hacia la prevención del embarazo en las preadolescentes y en las niñas.
Se necesita personal se salud consciente, sensibilizado con respecto a estas problemáticas y los servicios de salud no solamente tienen que ser amigables, sino que tienen que salir a la búsqueda activa para evitar que las niñas que estén en dichas condiciones sean revictimizadas o hacerlas pasar por otra tortura más que tienen que ver con los servicios de salud no adaptados a estas situaciones.
- ¿Cuáles son las implicaciones en la interrupción de los proyectos de vida o estas vidas robadas de niñas que son abusadas y muchas de ellas embarazadas?
No estamos hablando solamente de la interrupción del proyecto de vida, estamos hablando de niñas a las que les rompemos la realidad, los adultos, los estados, las iglesias, sobre todo cuando se involucran en las políticas públicas, siendo que no es el campo acción de ellas. Estamos hablando de niñas que no pueden llegar, no porque no les dé la capacidad intelectual, sino porque no están dentro de la posibilidad de su imaginario poder asumir la situación nueva a la cual se la ha obligado a ingresar, que es una maternidad y sobre todo estas niñas, que lo que quieren es ser niñas.
En su mayoría no logran luego de un embarazo, o de una obligación de tener a los niños o niñas por abuso no vuelven a reinsertarse en su vida normal, se acelera sus propios ciclos vitales, se le vulneran doblemente sus derechos y también se les predisponen a un desmejoramiento de la salud, porque está interrumpiendo el desarrollo natural que debía tener en su etapa, son niñas que son propensas a una serie de enfermedades como la descalcificación, problemas a nivel de órganos internos sexuales, a una baja talla, en lo médico hay varias implicaciones.
Como una conclusión, los médicos incluso es apenas una parte de todo, lo que significa verle roto a esa niña, su posibilidad de ser niña y obviamente su proyecto de vida, su expectativa, su posibilidad de seguir sus estudios, de tener algunas oportunidades mayores se troncan por estas situaciones que los Estados y la sociedad lo obligan a asumir.
Le invitamos a escuchar la entrevista completa en el siguiente enlace:
Entrevista: ALER
Transcripción y nota: Moisés Pallo