En medio de escenarios complejos que vive Venezuela en materia económica. La ciudadanía se las ha ingeniado para poder batallar contra la hiper inflación y crear nuevas maneras de subsistencia. Incluso en las propias las comunidades indígenas han cambiado las dinámicas de consumo…
El indígena ha retornado al campo, ahora se dedica a la siembra de rubros como plátano, auyama, yuca, entre otros. Aprovechando las potencialidades y ventajas que le ofrece la tierra de las montañas de la sierra de Perijá.
Sergio Suarez del pueblo originario Yukpa y de la comunidad del Tukuko, nos comenta como se han generado estos cambios que benefician no solo a su familia, sino a toda la comunidad, precios mucho más económicos que en el centro de Machiques, población fronteriza ubicada al occidente venezolano.
“La actual crisis que vivimos en el país, nos ha llevado a fortalecer muestras dinámicas ancestrales, trabajar la tierra, los indígenas realizan todos los sábado a vender la cosecha todos los sábados con una económica que favorece a la comunidad del Tukuko” dijo Suarez.
El liderazgo de las mujeres indígenas también ha tomado fuerza y protagonismo, tal es el caso de Rubí Romero indígena Yukpa, quien cuenta como se ha fortalecido la participación de la mujer y como estas dinámicas han beneficiado también la alimentación familiar: “nosotras las mujeres queremos mejorar muchos aspectos para nuestra comunidad, tenemos nuestra madre tierra que nos da el alimento, también hacemos jornadas con economía solidaria para nuestra comunidad pero sobre todo para nuestros niños” dijo Rubí
A pesar de los esfuerzos que hacen muchos líderes indígenas en la sierra de Perijá, las comunidades indígenas enfrentan serias dificultades, las vías de penetración agrícola, están en muy mal estado, tampoco cuentan con transporte, y los costos de movilización son muy altos, muchos de ellos prefieren quedarse en sus propias comunidades para vender o hacer trueques para el intercambio de alimentos.
Información desde Radio Fe y Alegría Venezuela, gracias a María Guadalupe González