El Buen (con)Vivir, un paradigma para la Vida

buenvivir3_xlarge.png

La crisis en el cambio de época

Son tiempos agitados en nuestro continente y el mundo. Ocurren cosas caóticas que no nos imaginábamos 10 años atrás. El contexto actual levanta muchas preguntas, causa miedos y confusiones, indignación e inseguridad ante el futuro.  

También es cierto que la crisis provoca y engendra oportunidades para profundizar y repensar a fondo la realidad, encontrar nuevos sentidos a la vida y activar la  participación creativa en la construcción de un mejor futuro, estable y sostenible.  

Se generaliza la convicción de que atravesamos una crisis global del sistema que se refleja en la economía, la política, las relaciones sociales, la cultura y en el medioambiente. Muchos opinan que es causado por el desgaste del modelo económico de mercado y la visión que la sustenta.

En las grietas del sistema averiado germinan semillas de esperanza que se muestran en la voluntad de forjar cambios, en la activación de la creatividad para transformar, en el sentido de la ética, en la sensibilidad por lo humano, en la reverencia a la Naturaleza. Son dinámicas auténticas que se alimentan en visiones alternativas de vida, como el  paradigma ancestral del Buen Vivir que conducen a cambiar y ensayar nuevos modos de vivir.     

Síntomas de la crisis

indice_1.jpg

Peligra la vida. La civilización que sustenta el sistema capitalista es patriarcal, basada en la conquista, en la separación y el dominio de la naturaleza para el beneficio del hombre. El desprecio al Planeta se muestra en la toma compulsiva de los bienes comunes lo que altera los ciclos vitales de la Madre Tierra. La creciente contaminación del aire por la expulsión de monóxido de carbono cambia el clima con los efectos nefastos, poniendo en peligro la vida de la humanidad y todas las especies.

Las desigualdades. A pesar de tanto “desarrollo” acumulado, el sistema muestra también su fracaso por las crecientes desigualdades en la humanidad. En la carrera galopante para acumular riquezas sin límites, una pequeña élite lleva una vida imperial despreocupándose por el bienestar de millones de personas que sobreviven en la pobreza y la miseria, sin acceso a los bienes básicos de alimentación, salud, educación, vivienda y cultura a que tiene derecho cada ser humano. Este maltrato del sistema a la humanidad no puede ser ético ni legítimo. 

Descomposición de vida comunitaria. La violación de los derechos fundamentales de las personas y la falta de atención al bien común de la ciudadanía genera la descomposición social, la pérdida del sentido de pertenencia a una comunidad, la merma del sentido ético, de la corresponsabilidad, los valores de la colaboración y de la solidaridad.

Pérdida de la libertad personal. El sistema económico vigente tiene atrapado a la gente en la cultura del sálvese quien pueda, del consumismo, el prestigio personal y el poder. Fomenta el individualismo, la competencia, el ansia de lucir y la pérdida de energías y de tiempo invertidos en esos afanes.

Crisis de la democracia. El principio de la regulación del bienestar social por la economía del mercado y del rol del Estado como servidor público no está funcionando.  El sistema democrático está en crisis porque perdió la conexión con la vida, los intereses y anhelos de la población. La corrupción tiene las riendas sueltas.

Cambiar de rumbo, andar el camino del Buen (con)Vivir.

El paradigma del Buen Vivir, nace en la visión contextual del mundo y es una propuesta que presenta alternativas para la transformación de nuestro mundo. También es llamado Buen Convivir por ofrecer un camino que introduce una nueva cultura civilizatoria al establecer una convivencia armoniosa en lo personal, en las relaciones comunitarias y con el planeta, con el uso equilibrado de la razón y del corazón. La visión contextual es una cosmovisión orgánica, holística, en que todo está interrelacionado, inseparable y todo está involucrado en una realidad que puede ser construida y reconstruida.

Esa cosmovisión contrasta con la visión del mundo mercado que hizo posible la época del industrialismo. Es una visión mecánica del mundo que está compuesto por partes aisladas sin conexión y exalta el uso de la pura racionalidad en función de la eficiencia y el logro de resultados tangibles y medibles. La ausencia de la conciencia, las emociones y los valores hace que se desconectan la economía de la sociedad y de la naturaleza viva.

El paradigma del Buen (con)Vivir es una propuesta de vida que surge desde la visión de las comunidades indígenas marginadas de los últimos 500 años y otras inspiraciones similares que provienen de diversos sectores, regiones del planeta y de diferentes movimientos ecologistas, feministas, cooperativistas, humanistas y cristianos. El Buen Vivir se conoce en Ecuador como el Sumak Kawsay (buen vivir, vida hermosa), en Bolivia el Suma Qamaña (saber vivir, saber convivir o vida plena y excelente), en Paraguay el Ñande Reco (la tierra sin mal).

Es una utopía de una sociedad alternativa a la actual en que las personas (con)viven en armonía consigo mismas, con los demás y con el planeta. Proyecta una vida estrechamente relacionada con la comunidad y la naturaleza, practicando la solidaridad, el respeto, la reciprocidad, la complementariedad, la equidad, la igualdad, la libertad, la ética, el sentido común. La actividad productiva es sostenible si sirve al bien común y al vivir bien de todas las personas.

Es un modelo de vida en austeridad, justo, sostenible y ecológico que busca el bienestar integral. Eso es posible viviendo en equilibrio con la Madre Tierra, con un buen gobierno que cuida la bonanza para todos y todas.

Construir el Buen Vivir como alternativa al modelo de “desarrollo” es un largo proceso de esfuerzo colectivo que genera cambios en todos los estamentos de la sociedad. 

El vivir bien o el buen convivir que promueve el paradigma nunca será una simple copia del estilo de vida “occidental”. Al contrario, se trata de una forma original de organizar la vida para generar felicidad personal, un bienestar comunitario y vivir en hermandad con la Madre Tierra que es fuente de vida de todas las especies, incluido los humanos. Aquí no se trabaja por interés personal sino para proveer los bienes necesarios para vivir lo suficiente y decente para todas las personas, incluidas las futuras generaciones. La sostenibilidad en el tiempo es una condición inherente al Buen Vivir.

El paradigma no es simplemente una filosofía de vida o una visión de futuro. Es un camino a seguir, a crear, a construir. Tal vez sea el único camino que nos queda para un futuro que garantice la Vida.  

Ubicado en la Transición en una nueva época, el paradigma abre un nuevo horizonte con nuevos sentidos para la humanidad.

Transitando con el Buen Convivir.

Todas las cosas grandes nacen pequeñas. Ideas solitarias pueden contagiar. Visionarios y pioneros trazan nuevos caminos. Prácticas innovadoras pequeñas, locales, aparentemente insignificantes, pueden llegar a posicionarse. Las pequeñas resistencias pueden ser pequeñas revoluciones que se expanden y que abonan la transición hacia un mundo sostenible del Buen Convivir.

Aumenta la masa de personas, de jóvenes, que se muestran sensibles por la crítica situación de la humanidad y del planeta, que amenaza la sostenibilidad de la vida de futuras generaciones. Las culturas y valores como la solidaridad, la vida comunitaria, la gratitud hacia el planeta, la celebración de la vida de nuestros antepasados, aún perviven en nuestra vida diaria. La construcción del camino del Buen Vivir avanza. Muestra es la riqueza de experiencias y prácticas de buen convivir en todo el mundo como las prácticas de economía social y solidaria, la economía familiar, las prácticas de comunas, el trueque, el uso de la moneda local complementaria, bancos populares, el comercio justo, cooperativas solidarias, el intercambio de servicios sin uso del dinero, la economía circular, la agricultura orgánica, empresas y supermercados sociales, el uso y reuso de productos, y el reciclaje.

El Buen Convivir se va insinuando en las miles de “ciudades de tránsito” (Transition Towns) en el mundo y en las experiencias de condominios ecológicos. También en  las tiendas solidarias, la medicina natural, las ferias comunitarias, redistribución de alimentos de segunda mano, iniciativas de innovación social y generación de energía ecológica.

En esas prácticas solidarias que emergen con fuerza, vemos que la economía que respeta los derechos de las personas y del planeta, es un medio para generar bienestar para la comunidad, garantía de los derechos básicos de salud, alimentación y vivienda.

El camino del Buen Convivir se concreta también en las actividades de las  organizaciones sociales de bien común, los movimientos de resistencia al extractivismo, las masivas manifestaciones de jóvenes en el mundo en torno al cambio climático, las políticas públicas para alcanzar los objetivos de los acuerdos de Kyoto 2050…

… En las múltiples organizaciones de las Iglesias que defienden los territorios y culturas de los pueblos indígenas, la profética encíclica del Papa Francisco, “Laudato Si” y el cuidado de la Casa Común, la atención solidaria a las masas de migrantes que deambulan por el mundo….

Es el camino del Buen (con)Vivir. Una multitud de iniciativas, de corazones y voluntades, impulsan la Transición y la construcción de comunidades felices y sostenibles.

Por Humberto Vandenbulcke.

Lento viene el futuro, Lento pero viene… (Benedetti)

Documento preparado para una publicación de Radio Santa María, República Dominicana.  

Iconografía: Biodiversidad en América Latina