“Tenemos que desenmascarar la tendencia a naturalizar los golpes de estado”.
En Bolivia sigue adelante el golpe de estado, con aval de Estados Unidos y gobiernos de derecha de la región. Tras el derrocamiento del presidente Evo Morales, la vicepresidenta del Senado Jeanine Áñez se autoproclamó presidenta, sin quórum, con sólo un tercio de los legisladores presentes y sin tratar las renuncias presentadas. El gobierno de facto nombró ministros y jefes militares, mientras reprime las manifestaciones a favor de Evo Morales y el racismo se endurece contra la población indígena. La presidenta del Senado Adriana Salvatierra fue impedida de cumplir su labor. Ella había anunciado su renuncia pero nunca la formalizó y por lo tanto sigue en funciones y está antes que Áñez en la línea sucesoria. La Cámara de Diputados eligió a Sergio Choque como nuevo presidente, tras la renuncia de Víctor Borda, forzada por el incendio de su casa y el secuestro de su hermano. El Movimiento al Socialismo con mayoría de dos tercios en ambas cámaras espera que se realice una asamblea legislativa que trate de las renuncias de Evo Morales y del vicepresidente Alvaro García Linera. Para analizar lo que está pasando en Bolivia entrevistamos al analista Javier Tolcachier de la Agencia Pressenza.