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Las aguas del río Coca y el río Napo están contaminadas desde que se erosionó la cascada San Rafael, con sedimentos que alarmaron a las comunidades de las provincias de Sucumbíos y Napo en la amazonía ecuatoriana.
Frente al desastre ambiental ocurrido con el deslizamiento de tierra ocurrido en el sector de San Rafael la tarde del martes 7 de marzo ocasionó el quiebre de la tubería petrolera del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) y Poliducto.
Más de 70 comunas no pueden pescar ni tomar esa agua para consumo humano. Superan 6800 personas que están aledañas a las riberas del río expresan su preocupación frente al grave impacto socio-ambiental y exigen al Estado, las empresas y la sociedad en general tomar cartas en el asunto.
Las condiciones de vulnerabilidad doble y triple se agravan más en el contexto de pandemia y las medidas de aislamiento en prevención al contagio de COVID19.
Producción: Rolando Goyes / CORAPE - Ecuador