Varias organizaciones que hacen resistencia desde hace más de 2 años, exigen que se decrete en papel y en la práctica a una Veracruz libre de minería tóxica mediante una convocatoria que se concretó este 10 de octubre.
Las personas afirmaron que no quieren enfermedades que vienen con la minería, porque tampoco hay medios para enfrentarlas como el caso de la pandemia de COVID. Denuncian muchos males como la dificultad en el acceso al agua puede empeorar porque la concentran para la explotación, siendo una nueva oportunidad para el despojo de las tierras, la destrucción de economías regionales, la exclusión de poblaciones históricamente marginadas como la comunidad afromexicana, el desplazamiento de sitios sagrados, y la manipulación con falsas ofertas de empleo o favores económicos. El territorio está ligado a la existencia, la historia personal y colectiva por ello dicen que la mayor riqueza no está en los metales sino en la diversidad, bienes naturales y convivencia con el ambiente, los conejos, los ojos de agua, los árboles, en sus propias palabras todo lo verde.
A pesar que hay un reconocimiento constitucional del Estado Mexicano a un ambiente sano y limpio, y que el propio presidente Andrés Manuel López Obrador dijo públicamente estar en contra del fracking (explotación con agua de minerales), los intereses económicos de empresarios siguen atentando a través de concesiones que explotan la minería a cielo abierto, en este caso otorgadas a Candelaria Mining Corporation (Corporación Minera Candelaria).
Compartimos testimonios de esta movilización convocada por la Asamblea Veracruzana de iniciativas y defensa ambiental La Vida, entre otras organizaciones sociales.
Producción: Ivan Fernández y Sandra Luz Cruz, Radio Huayacocotla – México / Apoyo: María Cianci Bastidas, Coordinación General ALER