La organización que representa a las comunidades indígenas loretanas de la Federación de Pueblos Cocamas Unidos del Marañón (FEDEPCUM), el Vicariato Apostólico de Iquitos, el Instituto de Defensa Legal (IDL) y la coordinación de la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza celebran la sentencia del Tribunal Constitucional que ha dictaminado a favor de 4 comunidades indígenas en Marañon, territorio amazónico de Perú. Este logro colectivo de Nueva Esperanza, San Francisco, Cuninico y Santa Rosa se considera una victoria emblemática e histórica que traza precedentes en defensa del río, que no se limita a ser una corriente de agua, sino un hogar de la madre selva donde viven personas y otros seres vivos como plantas y animales.
Entre las obligaciones de PetroPerú está la cuantificación de los daños causados, así como deben remediar y compensar económicamente a todas las personas afectadas tras el derrame de 2014 de más de 2.600 barriles de petróleo que tiñeron de negro las aguas de la quebrada Cuninico y las tierras aledañas, llegando en pocas horas al río Marañón. Luego de la sentencia, el primer reto está en hacer cumplir las leyes y la restitución de los derechos que se han vulnerado, y al mismo tiempo mantener la unión en las comunidades no permitiendo que los intereses corporativos de la empresa les dividan.
En palabras de Talita Paraná: “Hemos ganado una batalla, sí, contra unos monstruos. Pero no podemos estar alegres porque en este camino hemos perdido vidas como la de mi esposo, muerto con cáncer y también con afectaciones en la sangre (…) Porque la vida no tiene precio, nuestra vida no tiene repuesto, nadie la cambia (…) por eso digo que todo esto no me genera alegría, pero sí un enorme orgullo porque vemos que sí hay justicia, porque comprobamos que sabemos defendernos, que sí valemos y que tenemos derechos, aunque estemos en un rincón perdido del país”.
Declaraciones de Talita Paraná del pueblo Cocama, Juan Carlos Ruiz y Maritza Quispe, del Instituto de Defensa Legal y los misioneros agustinos Miguel Ángel Cadenas y Manolo Berjón.
Crédito foto: Barbara Fraser, Toma tras el derrame de 2014.
Producción: Beatriz García Blasco – Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP), María Cianci Bastidas, Coordinación General ALER