El Gobierno de México y el Instituto de Migración preparan acciones para detener y deportar de manera inmediata a la población migrante. Para esto, existen 10 cuerpos militares desplegados en la Frontera Sur de México “Nos preocupa el potencial de violencia que pueda ocurrir y la violación de derechos humanos…Consideramos, que las autoridades civiles y no militares, deberían ser quienes tengan una propuesta de acogida humanitaria en salud, niñez y protección internacional”.
La violencia de los Gobiernos de Guatemala y México obedece a mandatos de contención migratoria de parte de Estados Unidos.
La Guardia Nacional, el Ejército y la Marina asumen el primer contacto con la caravana migrante con el objetivo de intimidar a través de la violencia y represión, así lo dijo Enrique “…Pese al contexto de transición política de Estados Unidos, su política migratoria es vista desde la represión violenta”.
Desde finales del 2018, el Colectivo de Monitoreo de Derechos Humanos en el Sureste mexicano, realiza observaciones en carreteras y ciudades en la Frontera Sur. “Esta labor nos permite tener una impresión directa sobre lo que ocurre … para promover, recomendar y exigir distintos cambios de paradigmas en las políticas migratorias”.
Para Enrique Vidal, “En el contexto actual de pandemia estos operativos refuerzan los sentidos de rechazo, discriminación y homofobia al identificar a las personas migrantes como posibles riesgos de contagio… las personas que salen desde sus territorios están obligadas... al desplazamiento forzado, violencia y corrupción que caracteriza a los gobiernos en la Región… no necesitan caridad o asistencialismo, sino que se reconozca su dignidad y derechos”.
Crédito Foto: Ángeles Mariscal
Producción: Mónica López de Radio Huayacocotla Veracruz-México