Otro año se nos va, otro año con realidades y aun con latentes compromisos que afrontar en distintos sectores de la vida panameña. Un año en resistencia ante la pandemia, con avance en su mitigación, pero con secuelas negativas por una crisis social que ha sido recargada a las miles de familias. Ya que la pandemia ha dejado al descubierto una frágil estructura estatal para suplir de soluciones a los problemas como el desempleo, insumos en el sector salud, la falta de viviendas dignas, alto costo de la canasta básica de alimentos, un mejor calidad e innovadora educación pública y un mejor distribución de la riqueza financiera sin escándalos de corrupción. Ante la crisis económica, el sector laboral, mantiene una constante lucha para que el gobierno de turno cumpla con los derechos universales y las normativas laborales del país.
Desde otra óptica de la vida panameña, la crisis social ha sido sacudida de una serie de diálogos y medidas destinadas a la realidad. Como ha sido el diálogo para superar la crisis de la Caja del Seguro Social, con nulo avances, además el diálogo ante la impositiva política extractiva de minerales en qué sectores ambientales organizados han presentado su posicionamiento y rechazo. Y el diálogo por el Pacto del Bicentenario en la búsqueda de legitimar otra forma de actividades productivas y simulada participación ciudadana.
Pero, el gran detonante de cadenas de escándalos de corrupción en el gobierno dirigido por el presidente Laurentino Cortizo, como en el sistema de justicia, generando una brecha de desconfianza de los ciudadanos ante el estado.
Producción: Olmedo Carrasquilla Aguila. Radio Temblor Internacional.