Las condiciones climáticas actuales han despertado el temor de que se repita la devastación causada por los incendios forestales del 2019 y 2020. En el mes de julio se quemaron más de 10 mil hectáreas de bosques en la Chiquitanía. Uno de ellos se registró en el Área Natural de Manejo Integrado San Matías, donde el fuego acabó con más de 9000 hectáreas de esta área protegida según la Gobernación de Santa Cruz.
Para los territorios indígenas y áreas naturales protegidas, durante el mes de junio se registraron 15 815 focos de calor en todo el país, una cifra que duplica los 7199 focos de calor registrados para el mismo mes del año anterior.
Los focos de calor son puntos en la superficie de la tierra con una temperatura muy por encima de los registros normales donde podría ocurrir un incendio. Estos puntos calientes son captados por los satélites y constituyen una alerta de los incendios forestales.
La Chiquitanía ha sido una de las zonas más devastadas por incendios forestales en los últimos dos años, mientras que la Amazonía boliviana está empezando a registrar mayor cantidad de puntos calientes, según indica Vargas, una situación que está causando gran preocupación.
En virtud de esta situación quedan suspendidas las quemas y se harán denuncias para seguimiento penal a causantes de los incendios en las cercanías del aeropuerto.
Declaraciones de Yubenka Rosado, responsable de la unidad de Bomberos de la Gobernación; Juan Carlos Calvimontes del Ministerio de Defensa; Paola Montenegro, coordinadora de Biodiversidad; Alejandro Castillo, Grupo de Bomberos Voluntarios y Joaquin Hurtado de la Oficina de Servicios Aeoroportuarios.
Producción: Lourdes López, IRFA Santa Cruz – Bolivia / María Cianci Bastidas, Coordinación General ALER